LAS MÁXIMAS DEL MAESTRO HAN SHAN - Un Viaje a la Tierra de los Sueños - Acharia.

Las Máximas del Maestro Han Shan (Un Viaje a la Tierra de los Sueños) · 8º Parte - Hortensia De la Torre (Maestra Yin Zhi Shakya)

70. Las montañas, los ríos y la tierra misma son partes de la Unidad. La mente clara es transparente; toda la existencia puede verse a través de ella. La mente nublada por la ilusión del ego solo se ve a si misma. 

¡Esfuércese por comprender que usted está incluido en la Unidad! Su c...uerpo puede habitar en el mundo material, pero su mente entenderá que no hay nada aparte de sí misma que puede desear. 

71. En la quietud perfecta del Dharma, el corazón percibe y entiende todo. No hay palabras para pronunciar, ningún sonido para los oídos escuchar, ninguna visión para el ojo ver. Aquéllos que viven en el Dharma viven en sus corazones. Es extraño que aunque sus cuerpos pueden estar deteriorándose, su respiración es siempre como la brisa fresca y fragante. ¡Qué maravilloso es estar cerca de ellos! 

72. Yo he aprendido tanto de las personas que han sido excluidas por la sociedad. Sí, de veras. Siga mi consejo. Si usted quiere encontrar buenos maestros, busque aquéllos que han sido rechazados por ser ciegos, sordos o ignorantes. 

73. Los objetos del mundo material son los objetos, el desarrollo y los caracteres de una novela de ensueño. Cuando uno despierta, el escenario desaparece. Los artistas y el público también, desaparecen. Despertar no es la muerte. Lo que vive en un sueño puede morir en un sueño; pero el que sueña tiene una existencia real que no perece con el sueño. Todo esto es necesario para él dejar de soñar, para detener la fascinación con las imágenes soñadas, y para comprender que él ha sido meramente un soñador. 

74. La mayoría de las personas sólo perciben el cambio. Para ellos las cosas entran y salen de la existencia. Tarde o temprano, lo que es nuevo se vuelve viejo, lo que es valioso pierde su valor. Sus egos determinan la naturaleza del destino de todo.

Cuando la existencia es definida en estos términos finitos y efímeros, el poder para controlar a las personas y las cosas se percibe naturalmente como un ejercicio del ego. ¿Y por qué no? ¿No es el ego una autoridad en el asunto del cambio? Por supuesto, cuando nos referimos a La Única Cosa Que Nunca Cambia, el ego es inmensamente ignorante. Hoy en día la gente no valora lo que no cambia. Se revuelven para mantenerse al ritmo de cada novedad y moda. Son como comediantes, desesperados en busca del chiste más reciente. Sus vidas dependen de mantener al público riéndose. 

Lo que es verdaderamente cómico es su convicción de que son libres, poderosos y que están al mando. En la realidad son simplemente esclavos impotentes ante una ilusión. 

75. Hay dos maneras de percibir el Dharma: la Manera Inmediata, la manera en que el obstáculo de la ilusión es destruido por una atención impresionante; y la Manera Gradual, la manera en que la ilusión se dispersa paso a paso en un esfuerzo continuo. De una manera u otra el obstáculo debe ser destruido. 

76. La Mente Búdica contiene el universo. En este universo hay sólo una sustancia pura, una Verdad absoluta e indivisible. La noción de dualidad no existe. 

La mente pequeña solo contiene ilusiones de separación y división. Imagina innumerables objetos y define la verdad en términos de opuestos relativos. Grande es definido por pequeño, bien por mal, puro por corrupto, escondido por revelado, pleno por vacío. ¿Qué es oposición? Es la arena de hostilidad, de conflicto y tumulto. Donde quiera que la dualidad es transcendida la paz reina. Ésta es la verdad fundamental del Dharma.

77. Aunque de hecho la Verdad del Dharma no puede expresarse en palabras, los maestros hablan sin parar, tratando de explicarlo. Supongo que simplemente es propio de la naturaleza humana el decir que algo no puede ser explicado y entonces gastarse horas tratando de explicarlo. Con razón la gente se aleja. Bueno, podríamos ser más entretenidos. Podríamos inventar cuentos entretenidos y llegar a nuestro público con frases halagadoras. Claro está, simplemente estaríamos amontonando ilusiones sobre ilusiones. ¿Pero qué tendría que ver eso con el Dharma? 

78. Una persona que está sola no puede sostener una conversación. Un tambor tiene que tener un vacío para redoblar. Las ausencias cuentan. Las palabras limitan. Las interpretaciones difieren. Lo que no se dice también es relevante. La Verdad absoluta no puede expresarse en palabras. Debe ser experimentada. 

Y entonces, en silencio elocuente, es cuando mejor dejamos ver que hemos despertado al Dharma.

Final de la Autobiografía y Máximas del Maestro Han Shan

Este trabajo es cortesía del Gran Maestro Jy Din Shakya - 1998. 
Traducido al Español por Yin Zhi Shakya, OHY y Upasaka Zhèng chún OHY.
12 de octubre de 2002.
Solamente para su distribución gratuita.