Las Máximas del Maestro Han Shan (Un Viaje a la Tierra de los Sueños) · 6º Parte - Hortensia De la Torre (Maestra Yin Zhi Shakya)
45. El flujo de un arroyo es débil si su origen es poco profundo. Un molino de agua no funcionará en él. Un edificio alto no perdurará si sus bases son flojas. Las paredes crujirán y pronto el piso colapsará. La profundidad y la firmeza son indispensables para el trabajo bueno y durad...ero. Los santos sabían esto. Por eso se arraigaron profundamente en el Dharma. Se volvieron torres de bondad que nada podría tumbar. Su iluminación era un faro que guió e inspiró a otras generaciones.
No estén satisfechos con estudiar el Dharma, con memorizar su superficie. Zambúllase en él. Penetre tan profundamente como pueda.
46. El cielo ilimitado y la tierra inmensa son fácilmente visibles al ojo; pero una hilacha diminuta puede destruir la visión de ese ojo. Un corazón lleno de amor puede extenderse en el universo; pero un solo pensamiento odioso puede punzar ese corazón y drenar el amor hasta que se agote. Nunca desestime el poder de las cosas pequeñas. Los santos siempre dieron gran importancia a los pensamientos más diminutos.
47. Aunque cien personas de gran erudición prediquen el fracaso, la persona sabia que tiene la confianza en sus propias habilidades perseverará y tendrá éxito. Aun si estas mismas cien personas predicen el éxito, la persona que tiene sólo conocimiento y no la confianza nacida de la sabiduría, fracasará.
El conocimiento en los libros solamente, hace surgir las dudas y las dudas causan confusión. En ese estado no se puede desarrollar la confianza propia. Pero la sabiduría conduce a la confianza y la confianza inspira discernimiento y claridad de pensamiento. Los seguidores del Dharma siguen el camino de la sabiduría para eliminar dudas y poner el conocimiento en buen uso.
48. No hace demasiado tiempo, cuando una persona caía tan bajo que casi le era imposible salir del hueco en que se había metido, juraba con todo su corazón corregir su vida y nunca volver a caer de nuevo. Hoy en día, cuando una persona cae en ese estado, reparte invitaciones para que otros se unan a la fiesta. Esto es muy triste, ¿o no lo es?
49. La única cosa de la que podemos estar seguros es que no podemos estar seguros de nada. El único hecho que no cambia es el hecho de que todas las cosas cambian constantemente. Los santos cultivaron la paciencia. Sin importar en qué situación se encontraran, esperaban serenamente. También entendieron que en asuntos del corazón no solo es el objeto él que cambia, sino que el sujeto también, lo cual prueba que todo es cambiante.
50. Cultive el hábito de ir a dormir temprano. Éste es el mejor régimen para mantener una mente fuerte y tranquila. Las personas que se acuestan tarde necesitan presumir y entretener a sus amigos. O si no se aburren y necesitan excitación. Aun si duermen hasta tarde, estarán cansados cuando se levanten, perezosos de cuerpo y mente. No pueden trabajar o pensar bien en absoluto. Las personas que siguen el Dharma tienen vidas más llenas, vidas enriquecidas. No necesitan apoyo de otras personas. Los buenos hábitos son como los músculos, entre más se ejerzan, más fuertes se vuelven.
51. Todos los ríos, grandes o pequeños, limpios o sucios, fluyen al océano y el océano responde generando gases que se vuelven nubes que llueven y llenan los ríos. Éste es el ciclo.
Los santos dan amor y respetan a todas las personas, rico o pobre, bueno o malo. Las personas, viendo esta justicia exquisita, responden venerando a los santos e intentando emularlos. Éste también, es un ciclo.
Piense en el Dharma como un río piensa en el océano, la fuente de su propia naturaleza y su destino eternamente renovando. Piense en el Dharma como los santos piensan en las personas, son el objeto del amor y el premio por amar.
52. Si usted trata a otras personas como a un otro, separado, o como diferente de usted, usted no tendrá inclinación a ser justo o misericordioso en sus juicios sobre ellos. Pero si usted trata a otras personas como si fueran sólo versiones de usted, usted entenderá sus errores y apreciará sus calidades.
¿No somos afortunados de que esta sea la forma en que el Cielo concibe la tierra?
53. Si uno ve sólo formas superficiales de la materia y no penetra en la verdadera naturaleza de la realidad visual, uno es espiritualmente ciego.
Si uno sólo oye la función temporal del ruido y no penetra a la verdadera naturaleza de la realidad del auditorio, uno es espiritualmente sordo.
Formas y sonidos son sólo ilusiones. Nosotros usamos la visión y nuestra capacidad de oír para determinar su esencia y así entender la verdadera naturaleza de la realidad.
54. La corriente constante de los pensamientos conscientes del ego no puede detenerse lo suficiente para comprender la verdad. Sin embargo, las personas están siempre tratando de imaginar ponerle una barrera a ese flujo, usando los pensamientos para detener el pensar. Los pensamientos son como los gatos salvajes. Nunca usaríamos un gato salvaje para domar a otro.
¿Cómo entramos entonces al estado de no-pensamiento? Nosotros entendemos la naturaleza insustancial de ambos, el que piensa y el propio pensamiento. Entendemos que en la realidad no hay siquiera un solo diminuto pensamiento de un pensamiento, ni tampoco un pensador. Cuando somos testigos de esta realidad, nuestro propio testimonio nos libera de la esclavitud de los pensamientos de no tener pensamientos.
55. La misma naturaleza de mente y cuerpo es clara y calmada y no posee un solo pensamiento. Es el ego el que piensa así como es el ego el que piensa que desea no pensar. El ego causa problemas que intenta resolver. Estar vacío de ego es oír el sonido silencioso, ver la visión invisible, pensar el pensamiento no-pensado.
56. Cuando uno alcanza el estado del pensamiento no-pensado, uno piensa que ha despertado al Dharma. Piensa en la experiencia de la meditación y cómo cambiará sus pensamientos sobre su entorno. Piensa que es absolutamente maravilloso el que haya controlado a su mente. No sería correcto decir que tiene más en que pensar. Realmente, tiene menos.
57. Entre más despejado el cuerpo, más iluminará nuestra Naturaleza Búdica. Al principio, todavía necesitamos el cuerpo. Es como una lámpara. La Naturaleza Búdica es esta llama. Pero nosotros todavía podemos estar conscientes de sombras. A medida que progresamos sentimos que el cuerpo es el propio universo y que nuestro Buda brilla a lo largo de él como el sol.
58. No hay ningún comienzo a lo que vino antes y ningún fin a lo que vendrá después. Es el pensamiento el que interrumpe el flujo de tiempo y lo calibra. Es el pensamiento el que decide que la noche sigue al día, que la muerte sigue a la vida, que algunas cosas son diminutas mientras otras son inmensas. ¿Qué es para el universo lo grande o lo enorme, lo brillante o lo oscuro, lo futuro o lo pasado?
59. Los actos son pequeños; el Principio es grande. Los actos son varios; el Principio es uno. Aquéllos que viven el Principio, que permiten que su significado fluya a través de su mismísimo torrente sanguíneo, nunca actúan en disonancia con él. En cualquier cosa que hagan, cumplen el Principio. Ya sea ocupados o relajados nunca son engañosos, nunca manipuladores. No tienen ningún motivo oculto y no necesitan de ninguno.