En lo más recóndito del corazón.
La mente por excelencia, en lo más recóndito del corazón, es Buda, el ente de mayor espiritualidad del universo. Cualquier maravillosa función, libre en todos los aspectos, puede ser encantadora, pero todas ellas en conjunto no pueden equipararse con la auténtica verdad de la mente.
No tengas la arrogancia de pretender que buscas la Iluminación; la Iluminación no puede verse. No tengas la arrogancia de pretender que te estás liberando de las aflicciones; las aflicciones no tienen un delante o un detrás. En tanto no aparezcan los signos, fundamentalmente no hay ningún cambio. Si hablas de la comprensión o de la no-comprensión, es como tener tres cuellos y dos cabezas. Si no cesas de preguntar «¿cómo?» y «¿qué?», ¡cuántos quebraderos de cabeza te provocará este Buda!
Tsu-hsin (siglo XI)
Las enseñanzas del zen.
Selección de Thomas Cleary.