LAS MÁXIMAS DEL MAESTRO HAN SHAN - Un Viaje a la Tierra de los Sueños - Acharia.

Las Máximas del Maestro Han Shan (Un Viaje a la Tierra de los Sueños) · 3º Parte - Hortensia De la Torre (Maestra Yin Zhi Shakya)

17. Miren a las personas que tienen tigres como mascotas. Incluso riéndose y jugando con ellas, en el fondo de sus mentes tienen miedo que su mascota los ataque de repente. Ellos nunca olvidan lo peligrosos que son los tigres. 

Pero que hay de las personas que ambicionan posesiones, halagándose ellos mismos con sus adquisiciones, una tras de otra. Permanecen completamente despreocupados de cualquier peligro. 

Sin embargo, el tigre solo puede comer la carne del hombre. La codicia puede devorar su alma.

18. Es más fácil hacer lo correcto cuando sabemos que es lo correcto de hacer. No podemos confiar en el instinto para encontrar el Camino. Necesitamos ser guiados. 

Pero tan pronto como nos han mostrado el camino y empezamos a recorrerlo, encontramos que a cada paso crecemos en sabiduría y fortaleza. Mirando hacia atrás podemos apreciar como muchos de nuestros viejos deseos han caído muertos a lo largo del camino. Se ven tan débiles allí desvencijados que nos preguntamos cómo pudimos incluso pensar que nos faltaría el coraje para resistirlos. 

La Montaña de Sabiduría es diferente a otras montañas. Entre más subimos más nos fortalecemos. 

19. Las personas siempre están buscando el camino fácil. El camino duro, aquel que aprendemos con experiencias difíciles y logros dolorosos, no les interesa. Quieren un atajo. Los verdaderos buscadores del Dharma temen a los atajos. Saben más que eso. Saben que sin esfuerzo, no hay sentimiento de logro. Esto los mantiene caminando hacia adelante. 

Las personas que no aprecian el esfuerzo al escalar, carecen del entendimiento de dónde han estado, el conocimiento de quién son, y la determinación para continuar subiendo. Por eso nunca logran realizar el Dharma. 

20. ¿Cuáles son las dos metas comunes a la mayoría de las personas que viven en el mundo? Fama y riqueza. Para obtenerlas estas personas están dispuestas a perderlo todo, incluyendo su salud física, mental y espiritual. No es un intercambio muy bueno, ¿o si lo es? La riqueza mundana y la fama se marchitan tan rápido que podemos preguntarnos qué durará más, si el dinero, la fama o el hombre. 

Pero piense en la meta de la iluminación, de lograr la riqueza del Dharma. Aquéllos que la alcanzan son vigorosos de cuerpo, perspicaces de mente, y serenos en el espíritu… y de ahí a la eternidad. 

21. Hay personas que no habiendo logrado nada confabulan para recibir grandes honores o puestos de gran autoridad. Bien, las personas que obtienen posiciones de alta jerarquía sin habérselas ganado son como árboles sin raíces. Viven temeroso de que incluso el viento más ligero los tumbará. 

El honor inmerecido es el preámbulo a la desgracia. 

22. Los ricos son admirados porque han acumulado dinero. Pero lo que ha sido acumulado puede gastarse. La admiración se va junto con el dinero. Un rey recibe la lealtad de sus súbditos porque lo consideran noble. Si ellos deciden que está actuando mal, puede perder más que su trono. Aquellos que son ricos en el Dharma y nobles en el camino del Buda siempre retienen su riqueza y el respeto de las personas. 

23. Ocultando sus crímenes con éxito una persona puede considerarse honorable. Él sabe que ha actuado mal. Presumiendo constantemente una persona no puede llegar a ser famosa aunque escuche mencionar su nombre donde quiera que vaya. Afectando los modales los monjes pueden llegar a ser venerados, pero una apariencia pía nunca hizo santo a ser alguno. ¿Qué es el verdadero honor, el verdadero reconocimiento y la verdadera piedad? Son cualidades internas, no actos superficiales o apariencias. Cuando la conciencia de un hombre es libre de mancha, él es una persona honorable. Cuando su reputación por íntegro lo precede, él es famoso. Cuando la humildad y reverencia por el Dharma fluyan naturalmente de su carácter, él es estimado. 

24. ¿Si los hombres no pueden evadir las exigencias de su padre y emperador, qué pueden hacer cuando la Muerte les dé una orden? Protestan amargamente y gritan al cielo, pero tienen que obedecer. El hombre que aúlla más duro es aquel que piensa que ha alcanzado el pináculo de éxito mundano. 

El Iluminado entiende la vida y la muerte. Siempre vive bien y nunca se queja.